FELIZ VERANO
A los treinta me nacieron
alas.
Dejaron de pesarme los senos
y los pensamientos que cargaba desde niña.
A las alas les enseñé a volar
desde mi mente que había volado siempre,
y comprobé desde el aire
que mientras yo anduve dormida tantos años
alguien trabajaba afanosamente
recogiendo plumas para hacer esas alas.
Tuve suerte de que cuando estuvieron
hechas me encontraron despierta en el reparto.
hechas me encontraron despierta en el reparto.
Poesía
de Begoña Abad
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